Carpa 1918, enlaces para su descarga.

 

Carpa 1918 

Como comentaba en otras entradas, poco antes de las fiestas navideñas, conclui el trabajo en Carpa 1918 y lo deje todo listo para su publicacion este martes. Como se anuncia en una de las intros, este volumen, sera el segundo de los ejemplares mayores de este año. En la proxima primavera aparecera el tercero de los mismos. Decididamente, sera mejor que Analia comente este trabajo desde una de las intros:

Por diferentes problemas burocráticos sin importancia, Paquita y Dorita, no pueden aparecer acreditadas en la pagina de bienvenida de esta edición, es por eso que Soto decidió no renunciar a su trabajo en conjunto y, aunque, acepto no recurrir a su estatus para evitar controversias e inútiles conflictos con el mandato secundario, dejo muy claro desde el principio que Paquita dirigiría la edición y Dorita seria la encargada principal de la dirección artística.
Entre los tres decidieron aplicar a este Carpa 1918 lo que ellos definen como una plácida evolución estética de sus planteamientos artísticos. Era el momento adecuado, anunciado por el sol de este cálido otoño, para continuar paseando los tres por la ciudad, como si el tiempo, graciosamente detenido, les hubiera permitido reunirse, al principio del milenio y bajar calle abajo rumbo a la radio, realizar el programa y cenar y beber donde siempre, mientras las tarjetas se agotaban o se cambiaban los carretes uno tras otro.
Por primera vez, en mucho tiempo, nuestras dos redactoras consiguieron arrancar de la pantalla del ordenador a Jose Carlos. El hecho que la temporada de setas fuera esta estación tan pobre en los bosques cercanos facilito, que una alegre mañana de noviembre, los tres se reunieran en la antigua dirección familiar para pasar en la ciudad el día y la noche, para que nos vamos a engañar, e iniciar un apasionado viaje fotográfico que les preparara adecuadamente para encarar este nuevo volumen de nuestras colecciones.
Nunca dejan de sorprenderme las técnicas de trabajo de mis tres redactores. En primer lugar, decidieron ir hacia ciudad Meridiana y desde allí a través de antiguos senderos llegarse a Torre Baro. Aunque años atrás, Jose Carlos era capaz de andar hasta Cerdanyola, consideraron que para comprimir toda la experiencia en 24 horas seria mejor ir bajando hasta la vía Julia para almorzar en el Conde Dracula y seguir viaje hacia Sant Andreu, caminar dirección Besos y por Pueblo Nuevo llegar a la plaza de les Gloríes, terracita para planificar la segunda parte de su viaje y huir como de la peste de la Sagrada familia.
Aunque aparentemente, no había cambiado la ciudad, nada es como antes. El autor no dejaba de señalar antiguos refugios desaparecidos y sustituidos por la misma monotonía universal, así que, para pausar artística acción, partir hasta “El Roble” y tras la comida, bajar por Paseo de Gracia, llegar hasta la antigua sede del “Espai Miau” y continuar hasta la radio para cerrar la tarde, quizás el tiempo tenga piedad y el de los toreros continua abierto.

Cerraron “La Bohemia”, “La Moritz” y el “Géminis”, así que antes de la cena subir al parque de Montjuic, escenario de infinitas jornadas botánicas en alegres sesiones de mayo. Por el Polvorín a Zona franca y llegar a la plaza Huesca y la primera radio, calle Tarragona, plaza España y cierre en el bar “Ramon”: Morro sin sal y pimienta y alguna cosita mas.
A esa hora los pies no aguantan mas y para el momento de subir hasta el “Barbara Ann”, cierre definitivo de esta inusitada acción artística, nuestros tres amigos deciden, como ultimo gesto, borrar todas sus tarjetas y subir la calle Entenza cogidos de la mano.
Dejan tras de si tres anónimas intervenciones artísticas en los bosques cercanos a Torre Baro, tres sorpresas a los ocasionales paseantes. Tres gestos preparados para la interpretación anónima, sin ninguna documentación o testimonio gráfico, solo existirán para cada espectador individual y sometidas a la acción del tiempo y, quizás, al vandalismo habitual de la metrópolis, como soñado recuerdo quedaran para ellos.
De madrugada el cansancio es evidente, pero en lugar de quedarse en el apartamento de Paquita, deciden rápida visita, recoger portátiles y externos, mínimo equipaje y tomar el primer autobús. Directo a esas horas y prácticamente vacío, la complicidad del conductor permite iniciar ya el trabajo. Se preparan fondos, textos y este Carpa 1918, comienza a tomar forma.
- ¡Et pereat mundus! exclama Dorita mientras amanece en el Bages, sonríe a su Paquita y dibuja un corazón en el cristal.
-Cursi gesto, no cabe duda, es, pero ya tenemos el titulo, susurra Jose Carlos desde el asiento de atrás.

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