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Carpa 133

Ya esta disponible para su descarga la revision de Carpa 133, este es el ultimo de los antiguos volumenes que revisare. Como ya he ido comentando, mas de una vez, este numero servira como prologo a esta nueva temporada.

A lo largo de esta semana publicare Carpa 1588 y finalizare la revision de Carpa 1808 y retomare el trabajo en Carpa 1408. Antes de las vacaciones navideñas espero publicar Carpa 1918, segundo volumen fotografico de esta temporada.

Dejemos que Analia comente, desde su intro, este Carpa 133:

De izquierda a derecha, la redacción de fotografía antigua al completo, las tres invitadas atrás. En segunda linea, al frente, el autor con cesto y bastón artísticamente tallado.
-Pues eso, es simple, morcilla en variación horizontal y tiramos bosque arriba, a pesar de lo temprano de la temporada os asombraran los resultados. Sonrisa de gato negro satisfecho y cruzamos la estrecha carretera.
-¿Pero no era un ratón, gordo negro y malo?.
-Malo no, gordo, negro e incapaz de peinarse por las mañanas.
Sagrario rueda cerro abajo entre carcajadas y gritos de alegría y besa a su invitada, cubierta de pinaza, para tranquilizarla, al levantarse.
-Tiene orejas de mono apunta Consuelo, pero parece maja. Renuncio a seguirla, su entrenamiento en la flota le hace avanzar a grandes zancadas y hace rato que la he dejado a su aire, prefiero quedarme junto a Luisa que parece perdida entre tanta diversión para jóvenes intelectuales.
-No me había dado cuenta del culito tan mono de la invitada de Marisol, ¿esa es la pelirroja que mencionaba Paquita en la intro de 3098?.
-Si, según parece, semanas atrás, al volver de las vacaciones, se armo de valor y aqui la tenemos, decididamente, yo la hubiera llevado a cualquier sitio menos aqui. Marisol dice que el inesperado triunfo llego cuando supo del trabajo en la redacción de Carpa de su admiradora.
Decididamente o no, eso no puede ser bueno, pero el autor y Paquita sonríen mirando al suelo.
Dorita ocupa el flanco izquierdo de la ristra morcillera, en silencio, de tanto en tanto, se agacha y limpia metódicamente su presa, siguiendo los consejos del autor, se ha provisto de una navaja con cepillo incluido y afilada hoja curva. Ellos dos, son los únicos que casi llenan sus cestos, las nuevas enamoradas, están a lo suyo y apenas prestan atención a lo que las rodea, así que decido sumarme a mis tres redactores.
Adoración chilla como si se hubieran abierto las puertas del infierno: -¡un bancal, un bancal! repite como una loca y carrera de todas hasta su posición, prefiero andar, total, a ningún sitio se van a ir y no estoy para alocada ascensión y enfrentarme a Pedro Botero.
-Pues con estos hacemos el día, podemos subir hasta la segunda terraza de la que os hable y almorzar a la sombra. Consuelo acepta de inmediato y tiran los dos para arriba como las criaturas artificiales de la torre de cristal.
Espera ella, en lo alto de la terraza, sonriendo. Al llegar, un beso y leve caricia en mi trasero.
-La otra tarde, estuve revisando los archivos alojados en el servidor y descubrí, con sorpresa, la presencia de una versión temprana de Carpa 133. Como acababa de trabajar en el 74, me asaltaron un montón de recuerdos, recordaras que, en cierta manera, 133, fue el origen de Carpa 74 y el viernes al mediodía, mientras esperaba la llegada de todas vosotras, me senté frente al “Jacinto” y de repente, me vi trabajando y reestructurando la vieja edición.
-Ya sabes que Telaraña de referencias fue un proyecto foto poético que a partir de imágenes y textos fragmentados tejía el relato de lo sucedido durante un breve espacio de tiempo una ya, lejana, primavera. Al comprobar que este era el ultimo de los Carpa que no habíamos revisado, pensé que seria adecuado tras la publicación de 74, revisar este numero de la revista como el ultimo eslabón necesario para arrancar la nueva temporada con Carpa 1588.
Mientras hablaba, Jose Carlos, parecía mirar una piedra como necesaria interlocutora y encendió su dispositivo con una sonrisa y la boca llena de tortilla.
-Míratelo y si lo ves adecuado, el lunes lo tienes preparado para sustituir al olvidado numero. Esta vez he preferido trabajar en solitario y aunque aparezcan referenciadas Paquita y Dorita, ellas solo me ayudaron en algunas dudas practicas al usar según que programas. Quise realizarlo como lo fue en su momento, en la soledad de mi estudio y sin ningún apoyo editorial.
No pude evitar que la pequeña pantalla circulara de mano en mano y todas dieran su opinión sobre el trabajo, para hacer rabiar un poquito a mi autor: -No hagas caso a tantos parabienes, a esta hora todas andan un poco borrachas. A pesar de mis bromas y chanzas, el trabajo valía la pena y Soto, había conseguido actualizar su proyecto sin romper el espíritu con el que había sido concebido.
A los postres, en realidad, solo era un almuerzo ligero antes de la comida, pero todo estaba ya perdido y hubo que dejarse llevar y ya veríamos como llegábamos a casa de Soto, al otro lado del bosque, para preparar las setas recogidas.
-Ha de llegarme este domingo, pues así,, podré incluir esta breve intro a tiempo para subirla el lunes. Deja el archivo abierto y yo la acabare exportando. Liberate unos días y a concluir el mes, te bajas y planificamos el primer invierno.
Al volver, Consuelo toma mi mano y se ocupa del cesto vacío antes de bajar por la torrentera.
- El lunes por la mañana, todavía estaremos aqui.

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