Proyectos anteriores:Una mascarada sobre hielo


Nos encontramos de nuevo en el bar,bien entrada la noche,un Viernes,un sábado,o un día cualquiera,en realidad la situación temporal no tiene importancia.El tiempo parece detenido.No ocurre nada,no sucede hecho extraordinario alguno.La imperceptible soledad de nuestra vida ociosa,en situaciones privadas pero comunes a todos,vuelve a asomar en esta serie de imágenes.Una contradictoria presencia imaginaria se observa en este trabajo.Pequeños momentos de la vida cotidiana de perfectos desconocidos.Nos adentramos en el juego visual tan caro a José Carlos.Una situación anodina o el clásico retrato de grupo se convierten en un duro y mudo tira y afloja.Sin recurrir a falsos artificios descubrimos lo que hay de verdadero y real en estas fotografías.Descubrimos lo que en realidad piensan y sienten los protagonistas-a donde se dirigen tantas miradas perdidas-ligeros gestos,bromas privadas,convertidos en patéticas defensas contra la simpleza y vacío de la vida real.Descubrimos,en suma,con estupor,las ultimas capas de nuestro propio pensamiento.
La perturbadora banalidad de las situaciones fotografiadas por Soto y la ausencia de cualquier referencia temporal dan paso a sorprendentes e interminables momentos,alejados de cualquier limite narrativo o discursivo,visuales.Lo fotografiado se aísla de todo contexto para crear un espacio opresivo y opaco,que dirige al espectador,sin posibilidad de escapatoria,hacia la frontera que separa la apariencia de la realidad.

Julia Balsameda

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